La vida es un arma de doble filo, y muchos han tenido el placer y la desgracia de comprobarlo. Todos hemos sido marcados por ella, quizás no de la misma manera pero, ¿a quién podemos culpar? La única opción que nos queda es afrontar los retos que el destino planta en nuestro portal, donde solo los fuertes se alzarán victoriosos ante la caída de los débiles de espíritu. Al fin y al cabo, el poder y la riqueza siempre van de la mano, pero nadie ha conseguido la mágica formula de preservarlo ante la ambición y la avaricia del resto. Como en una tragedia griega, solo los dispuestos a sacrificarlo todo perdurarán ante los volubles deseos del destino. ¿El escenario? Un mundo dominado por el caos donde no existen buenos ni malos y las reglas las imponen los poderosos ¿Los bandos? Bueno, las apariencias engañan y el más grande no resulta ser siempre el más fuerte, y aquel que crees que es tu amigo se puede tornar en tu peor enemigo. haciendo que encuentres la muerte en un inhóspito lugar. Elige bien o podría ser la última elección realizada. Aquí el fin justifica los medios ¿lo seguirás o te rebelarás?

Hoy en día el miedo y la corrupción están a la orden del día. Todo el mundo sabe lo que pasa, pero preferimos mirar hacia otro lado para conservar lo poco que tenemos, dejándonos engatusar por la realidad que ellos nos han impuesto, ¿Qué comeremos hoy? ¿De dónde sacaremos el dinero para pagar el alquiler? ¿Podremos llegar a fin de mes esta vez...? La realidad es que muchos se enriquecen a costa de otros, pero eso nunca ha sido nuevo, ¿cierto? Hay quienes si han visto esa verdad, quienes sí han visto la tapadera con la que cubren la decadencia con seda y como los de arriba parecen ajenos a los que están cada día bajando más y más peldaños, y esos no pretenden seguir al gran rebaño. Quienes creen que cada uno es dueño de su vida y quien tiene la suerte de poseer más, no es culpable más que de poseer buena ventura, ¿verdad? Sin embargo, la crisis ha afectado a todo el mundo, agravando así las oscuras sombras que todo lugar tiene, y hoy en día es difícil no verse envuelto en problemas económicos y sociales. La revolución está a la vuelta de la esquina y quienes la temen, tratarán de encubrirla. El país ha sido dividido, hay quienes creen que la riqueza y el bien de la sociedad sería sereno y reconfortante si se terminara con la peste que invade las calles y que solo crean problemas sociales y discusiones, peleas, robos, asesinatos, mugre en las calles que luego es demasiado difícil de limpiar, pero hay quienes creen que son esas mismas personas las que regirán el país con su poder y verdad absoluta, siendo tan egocéntricas para ir de frente y lo suficiente avariciosas para enriquecerse a consta de las desgracias de otros. A todos les agrada la tranquilidad de su familia, la comodidad de su hogar y un plato caliente en la mesa todas las noches, pero ¿qué ocurre cuando solo una minoría llega a de gustar semejantes "riquezas"? La chispa está ahí, ¿quién será el primero en encender la llama que hará arder una nación entera?Nadie espera que la buena fortuna sonría a todos, pero tampoco nadie espera que las oportunidades dadas sean desperdiciadas por meras lecciones de moral que no han llevado a ninguna parte. La ecuación está mal enfocada, no hay ganador ni perdedor, no hay buenos ni hay malos. La justicia pierde de cada vez más su peso, pues todo es relativo y nada es absoluto ¿Quién torna los hechos en verdades? ¿Quién tornará su palabra en leyes? La guerra se ha desatado y cuatro bandas se disputan el liderazgo sobre las reglas preestablecidas de la sociedad ¿Quién ganará? Todos tienen mucho que perder y demasiado que ganar. A nadie les gustan meros espectadores, así que, ¿cuál será tú bandera? ¿El honor, la fama, el dinero o simplemente el placer de conseguir lo que todos ansían?